En su excelente libro “El colapso de la globalización” John Ralston Saul critica el moderno capitalismo financiero y la ideología “globalista” que lo sustenta por considerarlos responsables del desmantelamiento de servicios básicos y bienes públicos como la sanidad en beneficio del sector privado en muchos países occidentales, sin que por ello los sistemas de salud privatizados hayan resultado más eficientes.
Ahora que las elecciones al Parlamento Europeo han marcado un claro desplazamiento del electorado a posiciones más radicales, tanto a la derecha como a la izquierda, demandando más nación, más estado, más regulación, así como recuperar el control social sobre medios de bienestar como la sanidad, las tesis de Ralston parecen confirmarse.
La crítica de Ralston no es contra la propiedad privada ni contra la iniciativa privada, sino contra la ideología de gestión o “managerial” nacida en las grandes multinacionales, sobre cómo deben conducirse los asuntos públicos para lograr la famosa eficiencia del mercado. Ralston argumenta que cuando se gestiona en lugar de liderar, el resultado es el crecimiento de las estructuras de control en detrimento del desarrollo de visiones; el resultado son políticas creadas en interés de los gestores, no en el interés de la compañía (o del país). Pareciera a veces que los directivos se hayan convertido en políticos corporativos y los políticos en gestores del Estado.
Dos capitalismos en Sanidad – el caso de la reproducción asistida Las tesis de Ralston se pueden observar muy bien en la sanidad privada y específicamente en la reproducción asistida. Ésta es un servicio cubierto por la seguridad social en muchos países europeos, sin embargo las tasas de embarazo y nacimiento que ofrece el sector privado son muy superiores a las del sector público. Al contrario que en las terapias oncológicas, enfermedades respiratorias y tratamientos de corazón, donde el sector público supera claramente a la sanidad privada; al menos en Europa.
La razón del éxito de la sanidad privada en el caso de la fertilidad tal vez pueda encontrarse en la compleja interacción entre la infertilidad biológica, la estructura emocional y psicológica de las pacientes, así como los valores sociales y culturales asignados a la maternidad. Esta compleja interacción hace difícil diseñar procesos estándar basados únicamente en la intervención clínica y la eficiencia hospitalaria: aquí el tiempo para la escucha activa y la involucración de paciente es un valor; un recurso escaso en los hospitales públicos bajo presión de ser rápidos y eficientes. La Seguridad Social suele pagar por regla general tres ciclos FIV con un número fijo de pruebas (seminogramas, serologías, hormonas, etc.), mientras que las clínicas privadas ofrecen todos los ciclos necesarios y una amplia gama de pruebas (genéticas, tests especiales de esperma, análisis endometriales); por supuesto a cambio de dinero. La clave del éxito no es el volumen ni las escalas como en los tratamientos de cáncer: la clave del éxito es la atención.
Desde el comienzo de la reproducción asistida en 1978 esta especialidad ginecológica ha crecido hasta convertirse en una verdadera industria global en manos privadas. Bourn Hall, pequeña clínica donde nació todo, se ha convertido en una cadena global de fertilidad con clínicas en todo el mundo. Como Bourn Hall, por ejemplo el IVI español, otros grupos han crecido atrayendo el interés del capital financiero. Sus acciones se compran en mercados de capitales y se comercia con ellos como mercancías. Las decisiones estratégicas se toman teniendo en cuenta el impacto en los mercados financieros a corto plazo, no en la empresa a medio plazo y –mucho menos- en los pacientes.
Una clínica gestionada por el capital financiero en los emiratos del Golfo La mayoría de los países del Golfo Pérsico son una especie de El Dorado para grupos de fertilidad europeos y estadounidenses. Los directivos que trabajan para estas compañías que he conocido se quejan todos de lo mismo. Resumo en un solo entrecomillado lo que podría ser válido para la mayoría de mis interlocutores: “todos los días recibo varias llamadas de los inversores en Nueva York (o Frankfurt, Londres o París) preguntándome por cuántos ciclos tenemos, cuántos hay previstos para el mes que viene, si el plan de reducción de costes ya da resultados, si hemos reducido la estructura… es imposible planificar nada así, nos piden cifras imposibles de cumplir que no son discutibles. Todo lo que quieren son márgenes altos y los quieren ya.” Os directivos de los centros de fertilidad internacionales del Golfo se quejan que esas llamadas también suceden en mitad de la noche y provienen de personas que no entiende el negocio, que no entiende la fertilidad y que, naturalmente, no le preocupan demasiado los pacientes. Los resultados médicos son importantes en la medida en la que atraen a nuevos clientes, pero no por sí mismos.
Una clínica gestionada por capital familiar en España Mi experiencia trabajando en IVF-SPAIN es la contraria que la de los ejecutivos de los grupos internacionales. Cierto que trabajar para esa clínica sesga mi percepción, así como lo que escriba sobre ella. Pero he estado ya en suficientes empresas grandes y pequeñas, internacionales y locales como para escribir de forma honesta. Como clínica privada, IVF-SPAIN tiene como objetivo ganar dinero y se creó como negocio, no como ONG. En este sentido es tan capitalista como los grupos en los emiratos del Golfo. Posiblemente el dueño pasa tantas noches en vela como los managers de las clínicas en Oriente Medio, pero con más razón: no sólo se juega el puesto, sino su dinero. Pero aquí acaban todos los parecidos. La diferencia con una clínica gestionada por capital financiero es grande.
IVF-SPAIN se ha construido sobre las necesidades de los pacientes. Por ejemplo, las consultas, en contra de todo principio eficientista, pueden durar varias horas. El diseño de la clínica ha sido co-creado parcialmente con los pacientes, Los resultados clínicos lo son todo. Pero no sólo porque las buenas tasas de embarazo incrementen las posibilidades de atraer nuevos pacientes. Los resultados lo son todo porque la propiedad es de médicos que han trabajado mucho tiempo atendiendo partos, trayendo niños al mundo, haciendo guardias, trabajando en investigación (farmacología, oncología); lo cual no es especialmente lucrativo… han visto a miles de pacientes a lo largo de su vida profesional, han tenido que afrontar muertes de niños, embarazos que no llegan a término y otros momentos terribles de la experiencia médica. Pero también la alegría de traer cientos de niños al mundo.
Estas no son las experiencias de los gerentes. Por eso los resultados son algo más que economía y son la meta última de estos médicos porque no pueden actuar de otra manera.
Como pequeña empresa, el dinero se mira con mucho cuidado. Pero como empresa de médicos, es consciente de la importancia de la investigación y la innovación para incrementar las probabilidades de embarazo, pero también para simplificar la vida de los pacientes; reduciendo sus estancias en la clínica por ejemplo. Con menos recursos que un gran grupo de fertilidad, ha logrado un acuerdo con la Universidad de Alicante para poner en marcha la Cátedra Human Fertility para realizar investigación compartiendo los recursos de la clínica y los de la universidad, conectándose así con investigadores de nivel. También ha logrado cooperar con grupos punteros de investigación, como el del profesor Santiago Munné en genómica preimplantacional y preconcepcional.
IVF-SPAIN se ha convertido en un negocio de éxito, sí. Pero cuando miro atrás y recuerdo cómo comenzó en 2009, sin instalaciones propias, alquilando quirófanos a hospitales, alquilando los servicios de un laboratorio de embriología y usando un piso alquilado como oficina, para mí está claro que el factor de éxito no ha sido la inversión financiera, ni el marketing, ni un management de alto nivel. Fue la atención al paciente, obtener su confianza y lograr así el efecto boca-oreja necesario para hacer crecer un negocio.
Capitalismo sanitario contra capitalismo sanitario Tomando prestada la idea de Michel Albert del capitalismo anglosajón (sólo orientado al beneficio a corto plazo) contra el capitalismo renano (anclado en una base social) podríamos decir que en sanidad también hay dos tipos de capitalismo: clínicas gestionadas por el capital financiero, así como los mercados de valores frente a clínicas gestionadas por capital familiar, así como por valores. Y en fertilidad se da una clara diferencia en resultados para los pacientes, como se ha visto.
No niego que los grandes grupos sanitarios pueden producir grandes resultados: mayores presupuestos de I+D, economías de escala que puede financiar alta tecnología, más plantilla dedicada al cuidado, grandes inversiones en satisfacción del paciente y organización centrada en paciente… sin embargo, ¿por qué la satisfacción del paciente necesita de presupuestos de marketing tan elevados en las grandes organizaciones privadas? ¿Y por qué funciona tan bien el boca a boca en las organizaciones donde el médico es el dueño?
Mi opinión personal es que si el paciente se encuentra en primer lugar en vez de únicamente los márgenes, los pacientes no necesitan ser convencidos por el marketing.
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