En el mundo de la reproducción asistida, la cara visible es el médico. Pero los tratamientos no tendrían ninguna posibilidad de éxito sin el trabajo oculto que se realiza en el laboratorio de embriología. Allí, como en un útero ex vivo, la tecnología emula a la naturaleza y se produce el milagro de la fecundación.
Este milagro se debe al trabajo de precisión y callado de los embriólogos; un trabajo que a pesar de la tecnología que se aplica, es fundamentalmente artesanal… por el momento. Del mismo modo que el trabajo del embriólogo o la embrióloga es invisible, así lo es su contribución a la experiencia del paciente.
Una gran contribución a la experiencia de paciente, pero invisible Las pacientes apenas tienen contacto con el laboratorio, salvo quizá alguna breve charla informativa sobre el desarrollo, pero el funcionamiento del laboratorio tiene un impacto muy directo y muy alto en la experiencia del paciente. Si alguno de los parámetros técnicos fallase (gases, temperatura, etc.) se perderían los embriones. Sin la pericia y el know how científico y técnico en la selección y el cultivo de embriones posiblemente muchas parejas y mujeres que acuden a un centro de reproducción verían frustrado su deseo de ser madres. Eso por no hablar de la profesionalidad requerida para asegurar la trazabilidad de embriones y gametos de forma que una mujer reciba con total seguridad sus embriones y no los de otra mujer o asegurar que se fecundan sus óvulos (o los de su donante) y no otros con el semen de su pareja (o de su donante).
Es precisamente esta invisibilización la que hace que en las encuestas de satisfacción de pacientes apenas haya menciones al laboratorio y, al contrario, que dentro de las quejas que puede tener un centro, el laboratorio apenas reciba quejas. De hecho, si algo va mal, más que una queja lo que recibiría probablemente fuese una demanda.
Es la llegada de la genómica ligada a las tecnologías de la información, así como la madurez de la robótica y la nanotecnología la que puede poner fin a este equilibrio de fuerzas que permite un trabajo artesanal cualificado en el laboratorio. A los embriólogos y embriólogas no les va quedar más remedio que ser parte visible de la experiencia del paciente.
Nuevas tecnologías en el laboratorio de reproducción asistida Entre 2005 y 2015 el coste de secuenciación de un genoma ha caída de 10.000 dólares a tan solo 1.000. Los costes de las nanotecnologías y la robótica también han caído, de modo que un viejo proyecto de los años 90 como era la robotización de la ICSI es ya viable. Tampoco es ya ciencia ficción la vitrificación automática de ovocitos. También el conocimiento se puede automatizar. Si el momento estrella del embriólogo es la selección de embriones según su morfología u otros factores, algoritmos como el desarrollado por Auxogyn en Eeva permiten una predicción muy viable de la viabilidad de los embriones.
La tecnología robótica y de microfluidos combinada (“lab on a chip”) permite el análisis y monitorización de salud
embrionaria, identificar metabolitos y otros biomarcadores, medir el consumo de oxígeno o emplear microfluidos para control de flujo de (nano) bombas y (nano) válvulas. Hasta 2020-2025 se espera que estas tecnologías puedan automatizar el manejo de líquidos (pipeteado), mover pequeños volúmenes a voluntad (microfluidos) de forma horizontal, facilitar la punción de folículos asistida por ordenador, permitir la colocación y movimiento seguro de ovocitos o detectar el movimiento flagelar de espermatozoides. Para saber más, esta presentación de Jaques Cohen es muy interesnte.
Ahora la tecnología está madura porque las compañías tecnológicas, biotecnológicas y farmacéuticas han invertido en ella. Ello supondrá para los embriólogos una pérdida de empleo su empleo. Los que permanezcan en sus puestos de trabajo poco a poco irán perdiendo cualificación y realizarán tareas cada vez más rutinarias, al igual que ya sucedió en el resto de industrias; salvo en los trabajos que hoy tienen alto valor añadido.
Los nuevos embriólogos: especialistas en diseño centrado en personas Ante esta evolución de las condiciones marco de la reproducción asistida, cómo puede evolucionar el trabajo de embriólogo para que siga dotado de valor. Creo que fundamentalmente existen dos caminos de cambio: el desarrollo de tecnologías y tratamientos de una parte y la experiencia del paciente por otra parte.
Hoy en día la investigación que realizan los embriólogos es sin duda aplicada en el sentido que tratan de mejorar tasas de embarazo con nuevas tecnologías. Pero pocas clínicas tienen la capacidad económica real de desarrollar tratamientos nuevos y tecnología, sin embargo sí tienen capacidad de aliarse con entidades mayores como compañías tecnológicas y farmacéuticas. Aquellas que, como por ejemplo IVF SPAIN, (su living lab para tecnología genética preconcepcional o su trabajo como piloto de la tecnología Eeva) u opten por ese camino necesitarán perfiles nuevos. Un embriólogo deberá ser biólogo, genetista, tecnólogo y especialista en diseño centrado en personas.
La experiencia del paciente Por experiencia de paciente se entiende atender y si es posible superar las expectativas del paciente en cuanto a resultados, precio y trato. Se trata de una visión directamente de marketing o comercial que implica unas acciones gestionadas muchas veces desde los departamentos de calidad. Es una definición creada desde las entidades sanitarias privadas.
Pero, ¿qué dicen los propios pacientes? Existen pacientes que actúan como meros usuarios y existen los llamados pacientes activos que gestionan su enfermedad y también movilizan a otros, sobre todo a través de comunidades de internet. El ejemplo tal vez más conocido es David deBronkhart (“e-patient Dave”). Estos pacientes activos son capaces de recaudar grandes sumas que destinan a la investigación y también de ser una interlocución fuerte ante médicos, gobiernos y empresas farmacéuticas y tecnológicas.
De hecho, es en la industria de la e-health donde han alcanzado un gran peso gracias a las metodologías de diseño centrado en usuario que han permitido el co-diseño de tecnologías clínicas y asistivas. También es cada vez mayor su presencia en la co-creación de procesos clínicos y no clínicos de hospitales. Tal es el caso del nuevo hospital de Bridgepoint en Toronto, la premiada y futurista UCI de Utrecht o el trabajo del Servicio Gallego de Salud en el desarrollo de innovación no tecnológica con pacientes.
Debido a su capacidad de recaudar fondos comienzan a participar en la definición de ensayos clínicos, dejando se ser objetos de investigación a ser co-sujetos de investigación. Aunque no es una tendencia mainstream, la medicina participativa se va abriendo camino, así como las demandas de co-participación en decisiones médicas que exigen los llamados “pacientes empoderados”.
Un nuevo papel: ensayos clínicos participativos y co-diseño Ahora bien, todas estas tendencias han demostrado tener su éxito en pacientes crónicos. Las pacientes de fertilidad ciertamente no son pacientes crónicas, pero tampoco son exactamente pacientes agudas, porque desde que una mujer o pareja siente el deseo de tener un hijo y es diagnosticada como infértil hasta que logra su objetivo mediante tratamiento pueden transcurrir años. No obstante, las asociaciones de pacientes de fertilidad son escasas, ya que la etapa liminar entre el diagnóstico y el resultado tiene una variación muy diferente para cada persona o pareja.
¿En qué medida puede entonces el embriólogo desempeñar un papel de valor añadido en el tema de experiencia de paciente? Como se ha visto, existe una parte de calidad y comercial y otra que trata de la involucración de los pacientes activos. A medida que el embriólogo se transforma en ese perfil a caballo entre la biología, la ingeniería y la bioinformática tendrá un alto valor comercial para las clínicas trabajando con los pacientes en 3 líneas:
La involucración en ensayos clínicos sirve para lograr tratamientos personalizados y centrados en paciente. Principalmente porque se incorporan los pacientes adecuados, en los ensayos adecuados en el momento adecuado. Más que el ahorro de costes, que es significativo, esta metodología permite obtener insights muy valiosos sobre contextos y significados que ayudan tanto a la adherencia como a desarrollar estrategias y argumentos de venta. Al mismo tiempo generan en el medio plazo una comunidad de pacientes que son los mejores embajadores de la clínica. Los perfiles cualificados mezcla de embriólogos y tecnólogos pueden tener un papel destacado, especialmente si saben conjugar la visión biomédica con la capacidad de obtener insights de pacientes.
Otro tanto sucede con el co-diseño de tecnologías y servicios médicos (recordemos que el laboratorio de embriología es parte de ese servicio). La literatura demuestra que la involucración de usuarios incrementa la aceptación del producto o servicio, reduciendo altamente los índices de fracaso de lanzamientos de nuevos productos o servicios (3 de cada 12 en tecnología, más del 40% en otros sectores), incrementa la satisfacción de los usuarios hasta en un 40% y reduce unos costes de reprogramación de hasta el 50. Los perfiles mixtos que incluyan competencias de experiencia de paciente son excelentes lead users capaces de testar y co-desarrollar tecnologías con pacientes reales, en contextos reales y situaciones reales; algo normalmente imposible en un laboratorio. De nuevo, siendo estos aspectos muy importantes, la clave son los insights y la comunidad que se puede construir.
Por último, la participación de pacientes en el diseño de instalaciones sanitarias, tal vez no parezca una labor para un embriólogo, ya que la manera en la que se organiza el laboratorio poco tiene que ver directamente con la paciente o el usuario, en el sentido de que si no está informado en el funcionamiento del mismo, su voz no puede aportar mucho valor, ya que no vive o experimente lo que sucede en el laboratorio. Sin embargo, al final todos los procesos de una clínica de reproducción pasan por el laboratorio y los embriólogos deben estar presentes como una parte fundamental cuando se trate de crear espacios y ambientes para pacientes.
En resumen, seguramente el futuro de la profesión de embriología pasa por la evolución de perfiles biomédicos, técnicos y centrados en procesos a perfiles innovadores, biotecnológicos, centrados en personas.
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